3-9-2010 - La economía del Brasil entró en un período de mayor crecimiento sustentable. En la opinión de los economistas, se expande a un ritmo más lento que la velocidad suicida del primer trimestre, en tanto se recupera de la desaceleración repentina del segundo.
Pero los índices líderes siguen siendo confusos, pues hay señales contradictorias provenientes de la oferta y la demanda que sugieren que el gobierno que asumirá el próximo año recibirá presiones para avanzar en los ajustes fiscales, a los cuales se espera hace mucho tiempo.
El desempleo decreciente y la expansión del crédito indican que la demanda local sigue siendo fuerte ya que, durante los últimos diez años y medio, en los cuales hubo estabilidad económica relativa, millones se han levantado de la pobreza y se han sumado a las clases donde hay consumo.
Pero la debilidad en la producción industrial y la caída en la confianza entre los fabricantes señalan que, en el futuro, los esperan tiempos más difíciles.
La mayoría de los economistas espera que la economía del Brasil crezca cerca de un 7% este año que, en gran parte se debe al 11,4% explosivo de crecimiento anualizado que se verificó durante el primer trimestre, antes de bajar a aproximadamente el 4,5% en 2011. Esto está en línea con aquellos que creen que el Brasil tiene una tasa de crecimiento sustentable o no inflacionaria.
El viernes por la mañana, el ministro de finanzas, Guido Mantega, anunciará el cambio en el producto bruto interno del segundo trimestre.
Sérgio Vale, economista jefe de la consultora MB Asociados que tiene su sede en San Pablo, afirmó que esperaba un crecimiento del 0,6% respecto del trimestre anterior. “Pensamos que (para lo que queda del año) la economía no será tan exuberante como lo fue durante el primer trimestre ni tan débil como en el segundo”, sostuvo.
Bertrand Delgado, analista sénior para América latina de la neoyorquina Roubini Global Economics, explicó que esperaba un 0,8% intertrimestral o una tasa anualizada del 3,2%. “Pero parece que en el tercer trimestre habrá una recuperación respecto del segundo y nos colocará en el camino hacia un total del 7% para este año”.
Hizo notar que, por primera vez en más de un año, el índice de gestión de compras [PMI, según su sigla en inglés] cayó por debajo de 50 en agosto. “Es relevante porque demuestra qué es lo que sucede y lo que vendrá”, manifestó el analista.
El Brasil puso en marcha varias medidas de estímulo en el período 2008-9 con el fin de combatir los efectos de la crisis económica mundial. Algunas, como los beneficios fiscales dispuestos sobre los automóviles y otros artículos suntuarios, finalizaron en marzo, con los que se generó un aumento del gasto en el curso del primer trimestre y una caída abrupta en el segundo.
La elección general del Brasil es el próximo mes. Dilma Rousseff, candidata a la presidencia por el partido gobernante, le lleva una ventaja considerable a su rival más cercano y, en la opinión generalizada, se espera que el 3 de octubre gane con una mayoría abrumadora.
Por Jonathan Wheatley, desde San Pablo - http://www.cronista.com
Traducción: María Eugenia García Mauro
Pero los índices líderes siguen siendo confusos, pues hay señales contradictorias provenientes de la oferta y la demanda que sugieren que el gobierno que asumirá el próximo año recibirá presiones para avanzar en los ajustes fiscales, a los cuales se espera hace mucho tiempo.
El desempleo decreciente y la expansión del crédito indican que la demanda local sigue siendo fuerte ya que, durante los últimos diez años y medio, en los cuales hubo estabilidad económica relativa, millones se han levantado de la pobreza y se han sumado a las clases donde hay consumo.
Pero la debilidad en la producción industrial y la caída en la confianza entre los fabricantes señalan que, en el futuro, los esperan tiempos más difíciles.
La mayoría de los economistas espera que la economía del Brasil crezca cerca de un 7% este año que, en gran parte se debe al 11,4% explosivo de crecimiento anualizado que se verificó durante el primer trimestre, antes de bajar a aproximadamente el 4,5% en 2011. Esto está en línea con aquellos que creen que el Brasil tiene una tasa de crecimiento sustentable o no inflacionaria.
El viernes por la mañana, el ministro de finanzas, Guido Mantega, anunciará el cambio en el producto bruto interno del segundo trimestre.
Sérgio Vale, economista jefe de la consultora MB Asociados que tiene su sede en San Pablo, afirmó que esperaba un crecimiento del 0,6% respecto del trimestre anterior. “Pensamos que (para lo que queda del año) la economía no será tan exuberante como lo fue durante el primer trimestre ni tan débil como en el segundo”, sostuvo.
Bertrand Delgado, analista sénior para América latina de la neoyorquina Roubini Global Economics, explicó que esperaba un 0,8% intertrimestral o una tasa anualizada del 3,2%. “Pero parece que en el tercer trimestre habrá una recuperación respecto del segundo y nos colocará en el camino hacia un total del 7% para este año”.
Hizo notar que, por primera vez en más de un año, el índice de gestión de compras [PMI, según su sigla en inglés] cayó por debajo de 50 en agosto. “Es relevante porque demuestra qué es lo que sucede y lo que vendrá”, manifestó el analista.
El Brasil puso en marcha varias medidas de estímulo en el período 2008-9 con el fin de combatir los efectos de la crisis económica mundial. Algunas, como los beneficios fiscales dispuestos sobre los automóviles y otros artículos suntuarios, finalizaron en marzo, con los que se generó un aumento del gasto en el curso del primer trimestre y una caída abrupta en el segundo.
La elección general del Brasil es el próximo mes. Dilma Rousseff, candidata a la presidencia por el partido gobernante, le lleva una ventaja considerable a su rival más cercano y, en la opinión generalizada, se espera que el 3 de octubre gane con una mayoría abrumadora.
Por Jonathan Wheatley, desde San Pablo - http://www.cronista.com
Traducción: María Eugenia García Mauro
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