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30 agosto 2010

INFORME: Las tarjetas prepagas de crédito se posicionan fuerte en el mercado

30-8-2010 - Asumiendo diferentes formas y aún en forma imperceptible, su uso se extiende en el mercado local. Son utilizadas para viajar en transporte público o para comprar en negocios adheridos. Los sistemas más sofisticados permiten realizar transacciones a través del teléfono celular

A pesar de que los servicios de compra online se multiplicaron, hoy los usuarios de "plásticos" muchas veces evitan su uso para no ser víctimas de una estafa electrónica.

Ante esa situación, surgió a nivel global el uso de las tarjetas prepagas, que vienen cobrando rápido impulso y se están posicionando como un instrumento para realizar transacciones.

Dejando de lado este sofisticado medio de compra, los motivos por los que este tipo de tarjetas están ganando lugar en el mercado son varios. El principal es que los sectores no bancarizados de la población pueden acceder a su uso sin mayores trámites.

El hecho de que quienes no tengan a su nombre una cuenta bancaria puedan disponer de uno de estos plásticos, indica que el potencial del uso de esta herramienta en América latina es, según los especialistas, muy grande.

Para los expertos, se trata de la “tercera ola” en lo que a tarjetas se refiere. Después de las de crédito y débito, la presencia de las prepagas en el mercado crece bajo diferentes formas, por lo que los prestadores confían en que continuarán con su expansión en los próximos años.

Su utilización está ampliamente extendido en los Estados Unidos, Europa e incluso países vecinos como Uruguay. En el primer caso, el 60% de los usuarios de tarjetas prepagas se encuentra bancarizado. A su vez, el 50% de las personas que reciben pagos con prepagas, también tienen una cuenta bancaria.

Al respecto, Federico Gulland, vicepresidente de Productos para la Argentina y Uruguay de Mastercard, señaló: “El uso de este tipo de tarjetas es la entrada al pago electrónico de los no bancarizados. En la región, esto implica una ventaja para quienes carecen de una relación formal con el sistema bancario porque pueden comprar a través de la web”.

¿Cómo se compra con este sistema?
La operación es simple, cuando se realiza una compra, el monto de la operación es debitado del saldo de la tarjeta.

Este mecanismo se repite con cada transacción hasta que llega a cero y la misma puede ser desechada o recargada. En la práctica, sus aplicaciones son diversas, pudiéndose destacar las siguientes:

Tarjetas para personas sin acceso a crédito: solución para aquellos que, por algún motivo, no pueden acceder a una línea crediticia y quieren contar con una tarjeta con la aceptación mundial y todos los beneficios asociados.

”En el caso de los programas sociales, su implementación genera mayor transparencia. Por este medio, es posible hacer que un subsidio se use para determinados fines como la compra de alimentos, a partir de la habilitación de un grupo limitado de comercios”, apuntó Gulland.
 
Para jóvenes: está destinada a menores de edad, para que aprendan a manejar sus propias finanzas y para que los mayores puedan controlar su utilización.

Resultan atractivas cuando, por ejemplo, “durante las vacaciones se evita dar dinero en efectivo a un menor de edad que no tiene una cuenta bancaria. Tienen una gran red de aceptación y dan más seguridad porque se pueden bloquear en caso de extravío”, enfatizó el especialista de Mastercard.

Para viajes: se la define como una manera cómoda y segura de manejar dinero fuera de la propia ciudad. Reemplaza al efectivo y a los cheques de viajero y es aceptada en las redes mundiales de comercios de las principales compañías.

De la misma forma, las compañías pueden establecer un tope en los montos destinados a sus empleados en lugar de hacer lugar a la posterior rendición de gastos, por ejemplo, después de un viaje de negocios.

De regalos: una forma interesante de hacer un regalo a un pariente o amigo. Su uso es uno de los más extendidos en los Estados Unidos. Se trata de un certificado de regalo que puede ser presentado como forma de pago en cualquier comercio.

La gran diferencia que tienen con las tarjetas de crédito es que en este caso no es necesario que el banco realice un análisis financiero del cliente para saber si se está en condiciones de hacer frente a los gastos que potencialmente realizará. En comparación con las de débito, no se necesita estar bancarizado.

En términos generales, este tipo de plásticos ayuda a los usuarios a organizar su presupuesto personal, ya que es posible emplearla para pagos inmediatos, pero no en cuotas, como así tampoco tomar préstamos al consumo o débitos automáticos.

No obstante, estas limitaciones no impiden que funcione en todas partes del mundo o pueda utilizarse paralelamente como tarjeta de extracción en cajeros automáticos.

La evolución del negocio
Las tarjetas prepagas están avanzando y poco a poco van “dejando atrás su tradicional vínculo de identificación exclusiva con los segmentos de clientes no bancarizados.

De hecho, en los mercados en los cuales el prepago tiene más historia que en nuestra región, una proporción cada vez más importante de este sistema tiene cuentas bancarias”, señaló Federico Juan, responsable de investigaciones de Banca & Riesgo.

Al mismo tiempo, las entidades crediticias pueden llegar a un nuevo número de potenciales clientes a quienes posteriormente se les puede ofrecer nuevos productos.

De acuerdo con el especialista de Banca & Riesgo, las prepagas avanzan como producto en la oferta de entidades bancarias y, “de mantener la tendencia actual, el volumen de negocio global se duplicaría para 2015”.

Además, los cambios regulatorios que se produjeron o tienen lugar en los países de la región como Uruguay, Brasil o la Argentina, tendientes a limitar los cargos y/o niveles de interés aplicables en las cuentas bancarias, favorece el prepago como producto bancario.

A medida que el margen de maniobra para generar ingresos a través de las cuentas a la vista se limita, los bancos exploran y avanzan con ofertas de producto prepago.

Esto se debe a que el riesgo operacional de la tarjeta prepaga puede mitigarse con programas y procesos adecuados que, de acuerdo con el especialista de Banca&Riesgo, la industria ya conoce.

La limitante principal es “el mayor costo promedio por operación o por cliente cuando el producto no tiene suficiente masa crítica de usuarios”, agregó Juan.

Asimismo, en algunos programas, el banco tiene que compartir los ingresos con aliados estratégicos (cadenas de grandes tiendas de electrodomésticos, o farmacias, etc.).

Qué sucede en nuestro país
En el mercado local, esta opción lleva ya varios años de desarrollo. El Banco Galicia comercializa desde el año 2004 la modalidad regalo, que es al portardor, sin un monto fijo y puede ser entregada libremente para su utilización. La tarjeta no tiene comisión y puede ser recargada por teléfono y en las sucursales de la entidad.

En el caso del BBVA Banco Francés, el recurso de los plásticos prepagos es utilizado en el programa de becas educativas que la entidad desarrolla en la Argentina.

En estos casos, por medio de organizaciones no gubernamentales, la institución presta ayuda a jóvenes con voluntad de estudiar y realiza un seguimiento en el que, entre otras actividades, el estudiante colabora con diferentes tareas.

Sus destinatarios son jóvenes menores de 19 años, provenientes de familias con bajos ingresos, que se encuentran dentro del sistema educativo formal en riesgo de deserción escolar o que están fuera del sistema educativo y requieren habilidades técnicas con salida laboral.

Las becas consisten en una ayuda en dinero que llega precisamente al beneficiario a través de una tarjeta recargable diseñada ad-hoc.

Desde el propio banco informaron que en el año 2009 invirtieron $5,1 millones, incrementando el número de beneficiarios a cerca de 900.

En otra de las aplicaciones, vinculadas al consumo, MasterCard, BBVA Banco Francés y el Club Atlético Boca Juniors, lanzaron en conjunto la tarjeta Xeneize. Por medio de la misma, los clientes pueden, según el consumo realizado, sumar puntos para diversas promociones.

La misma tiene dos variantes: la tradicional y una “Monedero”, que responde a las características de prepaga, y es reutilizable. Se trata de un sistema que permite realizar compras sin efectivo, pero cargando el plástico con determinado monto de dinero.

Quienes se sumen a esta iniciativa no estarán obligados a abrir una cuenta en el BBVA, ya que la carga de dinero se podrá realizar a través de los cajeros automáticos o el sitio de internet pagomiscuentas.com.

Este medio de pago se podrá utilizar en cualquier local que opere con el servicio de posnet.

No obstante, el producto más desarrollado es el “Monedero”, un sistema de micropagos multipropósito que según consigna en su web “es la solución para aquellas transacciones de bajo monto y alto volumen que requieran gran velocidad y seguridad.

Y también es la solución para la falta de las monedas, pudiendo utilizarse, entre otros lugares, en el subte y algunas líneas de colectivos.

Básicamente, es una tarjeta prepaga a la cual se le carga dinero y luego lo va gastando hasta agotar el saldo.

Es compatible con la nueva Tarjeta SUBE, el sistema de pago de boletos de transporte del Area Metropolitana de Buenos Aires, pero posee mayores beneficios, ya que utilizando la Monedero puede acceder a diversos descuentos

Sin embargo, el sistema más novedoso es Naranja Mo, un sistema por el que el titular de una tarjeta acredita un monto determinado en un número de celular, habilitándolo para realizar compras a través del mismo en negocios adheridos.

Las proyecciones son alentadoras
El crecimiento estimado para el volumen de transacciones del mercado prepago es más que positivo, no sólo en cuanto al número de adherentes, sino también a la rentabilidad de sus administradoras.

“Para el mediano plazo, el costo promedio de operación del prepago podría reducirse sensiblemente ante la mayor escala llegando a unos niveles comparables a los de las tarjetas de débito”, puntualizó Juan.

Hoy, los emisores buscan avanzar en el desarrollo de un producto y adquirir experiencia, pero sin asumir riesgos importantes. “Varios de los grandes jugadores del mercado están a la espera de que sea otro el que haga la primera gran apuesta, para ver qué ocurre y luego decidir si avanzar o no en esa misma dirección”, detalló el analista de Banca&Riesgo.

El enfoque estratégico que predomina en la industria para los próximos años, tanto en la Argentina como en la región, es desarrollar productos bancarios de estas características, orientados a ciertos nichos o segmentos de clientes, pero no lanzar todavía grandes campañas que intenten incentivar al cliente a reemplazar los productos que hoy utiliza por una tarjeta prepaga, en un intento de evitar la “canibalización” de su cartera.

Paola Quain - © iProfesional.com


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