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18 julio 2009

Consejos - Hacerse rico con el plazo fijo: vida y obra del interés compuesto

Ricos más ricos. ¿Cómo hacen?
No vamos a cometer la torpeza de asignarle todo el mérito al interés compuesto, pero sí podemos poner un pie en la indiscreción de confesarle que se trata de la primera receta que tienen los ricos para seguir haciendo plata. En todo caso, digamos que este mecanismo es uno de los pilares que acompañan la buena fortuna y, lo que es más importante, la aumentan con el correr de los años. Porque mientras para muchos ahorristas el mapa de tasas de interés bancario resulta chino básico o nepalés elemental, para aquellos con un capital en la mochila, es la fórmula que les permite engordar sus expectativas y alimentar los sueños.
Los ahorros son su capital. Este capital invertido a una tasa de interés le dará más dinero. Es lo que hace un plazo fijo. ¡Pero agréguele tiempo y entonces ya tiene la fórmula tan ansiada! Ese capital se transforma en más dinero una vez transcurrido el tiempo.
En definitiva, lo que se busca –lo que buscan las finanzas personales- es bienestar para usted y su familia. El concepto de riqueza bien puede ser leído de esta manera. No se trata de tener más y más. Se trata de lograr que lo que tiene le rinda fruto.
Un dólar (u$s 1) puede resultarle poco significativo, pero invertido a un 12% de interés compuesto anual, se volverá en 32 dólares al cabo de 30 años, en 1.024 dólares a los 60 años y en 32.768 dólares a los 90 años. Si bien las tasas que se pagan para plazos fijos en dólares en la Argentina promedian el 3%, para la inversión en pesos son sensiblemente mayores y ya se encuentran en 16% promedio aunque hay quienes consiguen hasta 20% anual.
La clave es reinvertir lo que gana. Pero no sólo eso: debe hacerlo rápido, en el mismo momento en que se le paga el interés, para que el tiempo pueda hacer su trabajo de escultor… ¡financiero! De esa manera, volver a invertir los frutos de la inversión para obtener mayores réditos futuros. Parece sencillo: lo que cobra, lo vuelve a colocar en la inversión, junto al resto de su capital. Y deja pasar el tiempo. Y mientras tanto haga su vida, practique golf (recuerde, camine rápido pero juegue lento) y si tiene más tiempo disponible, haga pastelitos del 25 de mayo con membrillo y tráigalos a la redacción de El Cronista.
Volviendo al interés compuesto, para el inversor requiere firmeza, constancia, disciplina, factores que le serán tan útiles como conseguir una muy buena tasa de interés o mantenerse alerta de las “eventualidades” a las que esté sometido el mercado financiero criollo.
Para tentarse más, le regalo esta zanahoria. Existe algo que se llama “la regla del 72”. Esto nos dice con qué velocidad el dinero se multiplicará por dos invirtiéndolo a la tasa que le paga el banco. Lo único que tiene que hacer es dividir 72 por el tipo de rendimiento del dinero. Puesto en números, sería algo así: 72/x, donde x es la tasa de interés. Si su dinero se invierte al 16% se doblará en 4,5 años. Buena suerte, entonces.
Fuente: el cronista comercial

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