30-6-2010 - La endémica convulsión que afectó a los inversores en China a partir de un mal pronóstico económico, a los mercados de Europa por la crisis de liquidez del sector financiero, a Wall Street por la visión agorera de Obama, Bernanke, Roubini & Co. y a la región latinoamericana no sólo se materializó en la espectacular caída de acciones y bonos.
Los inversores locales se vieron tentados a hacerse un ovillo y refugiarse, y si bien el oro ganó otro casillero –se negoció en u$s 1.241 dólares la onza– también en lo doméstico los contratos de dólar futuro tuvieron una jornada para destacar.
Mientras los contratos que se transan en la city acumulan un monto que en promedio difícilmente supera los u$s 300 millones diarios, ayer en el Mercado Abierto Electrónico (MAE) se hicieron negocios por más de u$s 1.000 millones. Para los operadores, algunas empresas salieron a fijar sus resultados de balances a un tipo de cambio y eso alimentó el volumen. A la vez, sostienen que una ola de incertidumbre hizo que algunos players comenzaran a “escalonar” contratos. Se fijó en $ 3,93 el precio de cierre del contrato de junio, mientras que diciembre cerró en $ 4,15.
Un estudio más detallado muestra que, en lo que va del año, febrero fue el mes que hasta ahora mostró un promedio más alto en negocios de futuro de dólar, con un volumen registrado de u$s 280 millones. Para los especialistas, el dato no sorprende: desde hace algunos días, los empresarios locales y los ahorristas de gran porte se han visto asfixiados por las nuevas regulaciones para comprar dólares que impuso el Banco Central.
Las últimas restricciones dispuestas para las compras mayores a u$s 250.000 anuales (o de u$s 20.000 en efectivo), dejaron un mercado cambiario que sufrió una fuerte presión a la baja en el valor del billete a partir de un giro en los instrumentos elegidos por los actores del mercado para dolarizar las carteras, reacción que se volvió más acuciante a partir del clima de incertidumbre que se ha apoderado de las principales plazas financieras.
De esta manera, los empresarios han decidido cubrirse utilizando otros medios para llegar al dólar, posicionarse en bonos en moneda dura (que treparon la última semana pero que perdieron ayer), o celebrar contratos a futuro de dólar que, en algunos casos, y combinado con una estrategia de plazo fijo en dólares, arroja tasas atractivas. Algo de esto se vio en junio, donde el volumen de plazos fijos en dólares creció 3% y sólo 1,5% el de pesos.
JULIÁN GUARINO - http://www.cronista.com
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