27-6-2010 - El goleador apuesta al desarrollo de un barrio privado en su ciudad natal que demandará unos u$s 30 millones. Torres y bares, en el portfolio.
Mientras todas sus energias están puestas en la Copa Mundial de Fútbol Sudafrica 2010, Lionel Messi también tiene tiempo para “parar la pelota, levantar la cabeza” y pensar en el más largo plazo. Será por eso que decidió, dedicarse a emprender diferentes negocios inmobiliarios en su ciudad natal, Rosario.
El segundo jugador mejor pago del fútbol actual no sólo “vive corriendo detrás de una pelota”, sino que también piensa en su futuro.
Es que, no es ningún secreto, la opción de los ladrillos es una de las alternativas que más seducen a los futbolistas. Para muchos de ellos la ecuación “carrera corta en el país + transferencia al exterior + transferencias entre clubes europeos + retorno al país con cuentas bancarias abultadas”, cierra por donde se la mire.
En ese marco, otra de las variantes que también suelen eligir los hombres del deporte más exitosos a la hora de poner a resguardo sus ganancias es la inversión en campos. Se trata, sobre todo, de la elección más cercana a los jugadores provenientes del interior del país. Los ejemplos más claros son los de Gabriel Batistutta en su Reconquista natal o de Roberto Abondanzzieri en Bouquet, ambas localidades del interior de Santa Fe.
Sin embargo, en el caso particular de la máxima estrella del Barcelona y del fútbol mundial, cuyos ingresos anuales rondan los U$S 14 millones, sin contar los contratos publicitarios con Adidas, Gillette y Pepsi.
La apuesta pasa por los nuevos desarrollos: luego de comprar la casa, donde vive su familia habitualmente, en las barrancas del Paraná, el jugador adquirió algunas unidades en la torre más alta de Rosario, Aqualina, un complejo edilicio premium que se levanta en la zona más cara de esa ciudad, junto al Monumento a la Bandera. Allí, habría invertido entre u$s 500.000 y u$s 600.000 por sus exclusivos metros cuadrados.
Claro que no es su única inversión en el rubro: el goleador del Barça también destinará parte de sus ganancias al desarrollo del club de campo La Concepción. Se trata de un emprendimiento que se levantará en la zona de Fighiera, ciudad ubicada a 30 kilómetros del centro de Rosario.
Para este desarrollo puntual, del que también participarán el ex vicegobernador de Santa Fe, Marcelo Muniagurria y uno de sus hermanos, como socios, la inversión final será de unos u$s 30 millones en total.
Pero los movimientos de Messi, tal como sucede cuando hilvana una tras otras sus jugadas, no se circunscriben a estas dos apuestas. El delantero del equipo catalán también invirtió –aunque en menor medida–, en la compra, puesta en funcionamiento y valor de uno de los “bares tradicionales” de Rosario que se encuentra, casualmente, junto a las torres premium que miran al Paraná. Se trata de VIP, un establecimiento que, junto al legendario bar “El Cairo”, son los más representativos del espíritu rosarino.
Todo aporta a la conclusión de que el sprint final de Messi en el mundo del real estate no se detiene. A través de enviados de su círculo íntimo que encabeza Jorge, su padre, también habría mostrado interés en otros dos complejos edilicios de alta gama que se están levantando en Rosario.
Se trata de los proyectos Dolfines, desarrollado por Aldo Latuca, y Maui, el emprendimiento que el holding Fernández Prieto levanta en Puerto Norte. En este último caso, quien estaría al frente de las tratativas y negociación de las condiciones para invertir en las unidades del emprendimiento donde el valor del metro cuadrado ronda los u$s 2.000 promedio, sería Rodrigo, el hermano mayor de Lio.
BARRIO PRIVADO
La Concepción, el proyecto al que más fuerte apuesta Messi, se desarrollará en un terreno de 80 hectáreas que formaba parte de una antigua estancia que fuera propiedad de la familia Muniagurria durante tres generaciones. Se encuentra ubicado a la altura del kilómetro 260 de la autopista Buenos Aires–Rosario.
Según pudo averiguar FORTUNA, en una primera etapa del proyecto se pondrán a la venta 360 parcelas con medidas que van desde los 850 a 1.500 m2, con un valor que oscilará entre los u$s 70 y u$s 80 por metro cuadrado. El complejo contará, además, con un club house de estilo tradicional, spa, gym, solarium y piscinas, entre otras amenidades.
Dada la particular geografía del terreno, se eleva unos 11 metros sobre el nivel de río y una inmejorable accesibilidad al río Paraná, en el complejo se instalarán un yatch club, guarderías náuticas, espigones y muelles pesqueros. Además de estas obras, los responsables del lugar también tienen previsto la construcción de dormies y lofts para la renta. Su fi nalización está prevista para dentro dentro de cuatro años o, mejor dicho, para el próximo Mundial.
TORRE PREMIUM
Desarrollada por parte de OP Developers, una empresa integrante del Grupo Oneto de Rosario, Aqualina “Residencias de Altura” es el proyecto de torres más altas de Rosario. Sus 125 metros distribuidos en 39 pisos ocupando unos 15.000 m2 de superficie dominan toda la geografía de una de las ciudades más importantes del interior del país. A punto de ser entregadas sus primeras unidades, la construcción demandó una inversión de casi u$s 13 millones.
Las unidades del complejo fueron diseñadas bajo un concepto de gran flexibilidad con unidades que van desde los 147 m2 a los 418 m2. El emprendimiento cuenta con un exclusivo sector de relax, yacuzzis y solariums.
GOLES Y LADRILLOS
La relación de los deportistas, y en especial los futbolistas, con el mundo del real estate no es nueva. Si bien en un principio la interacción sólo se limitaba a la apertura de alguna inmobiliaria aprovechando el nombre e imagen del jugador estrella del momento (sobre todo en los lejanos ‘70), a partir de la década del ‘90 la relación mutó. Desde ese momento, con la llegada “en masa” de futbolistas argentinos a Europa, la estrategia de inversión de los players argentinos cambió para siempre y ya no se limitó sólo a la típica compra de “uno o dos departamentitos” para vivir de un alquiler cuando debieran “colgar” los botines.
Con un escenario totalmente diferente, más el adecuado asesoramiento de sus representantes, los jugadores de fútbol se metieron de lleno en el mundo del real estate a tal punto que muchos de ellos, se lanzaron al desarrollo de diferentes emprendimientos inmobiliarios.
Esta particular movida se produce no sólo en el interior. También en la Capital, Puerto Madero sirve de ejemplo a la hora de hablar de los diferentes destinos que les dan los jugadores a sus ingresos. Varios de los metros cuadrados de alta gama desarrollados a lo largo de casi 20 años en el último barrio porteño, y sobre todo a los que incluyen a los Dique I y II, cuentan entre sus inversores a reconocidos futbolistas, tanto del ámbito local como de aquellos que juegan en el exterior.
http://fortunaweb.com.ar
No hay comentarios:
Publicar un comentario
No insultos, No palabras obsenas, NO razismo