La meta es ambiciosa: alcanzar un acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea (UE). Pero una serie de factores de necesidad y oportunidad políticas cooperan entre sí para alentar expectativas y señalar al 2010 como el año propicio para dar a luz el acuerdo. En el éxito de la negociación se juega, en parte, la suerte del Mercosur, que necesita reafirmarse con logros concretos.
La coincidencia en el primer semestre del año de Argentina, en la presidencia pro témpore del Mercosur, y de España, en la de la UE, dio nuevo impulso a las negociaciones. Ambos gobiernos comparten una sintonía que facilita el camino y comparten también la necesidad ganar un poco de aire fresco. Los dos países se destacan entre los más golpeados por la crisis internacional en sus respectivas regiones. El acuerdo figura en un lugar de privilegio en sus agendas.
“Hay una voluntad política muy firme de Argentina y también de España que está trabajando mucho para concientizar, particularmente en Bruselas (sede de la Organización Mundial de Comercio), sobre la importancia que tiene el Mercosur para los países europeos. Una negociación como esta sería un espaldarazo para todos”, reconoce Alfredo Chiaradía, secretario de Comercio y Relaciones
Económicas Internacionales de la Cancillería.
Las negociaciones con la UE se lanzaron en 2004 y tomaron carrera en 2006, pero tuvieron un impasse. Entre el 18 y 19 de marzo se realizará un encuentro en Buenos Aires que reunirá a los principales negociadores de ambos bloques comerciales. El objetivo es llegar con novedades a la cumbre entre los países de América Latina y el Caribe y la UE que se realizará en Madrid el 18 y 19 de mayo.
Antes de anunciar la etapa “formal” de la discusión, europeos y sudamericanos deben acortar la brecha de sus diferencias hasta un punto razonable. En vista de los fracasos pasados, ni europeos ni sudamericanos quieren anunciar con bombos y platillos la nueva apertura de la discusión.
“Si logramos esto, me atrevería a decir que vamos a estar en condiciones de cerrar las negociaciones durante el transcurso del año 2010, confiamos en que la UE esté a la altura de esta negociación”, dice Chiaradía.
Los problemas internos
Este año, con la presidencia de la Argentina en el primer semestre y de Brasil durante el segundo, debe alcanzarse ese éxito ya que Uruguay y Paraguay –que se alternarán en la presidencia en 2011– no están realizando una apuesta fuerte por el mercado común.
“Hay preocupaciones y diferencias entre los países –comenta Chiaradía–: uno de ellos dice que el Mercosur sirve a los intereses de un país y no de todos; en otro país se considera que el Mercosur no le permite negociar a él solo sus acuerdos comerciales y que no fue exitoso en sus intentos de acuerdos; otro país dice que es una carga y que si pudiera negociar solo tendría una gran capacidad para hacerlo. También se le critica no ser exitoso y es cierto que, desde el punto de vista político, no hubo resultados en los últimos dos años”.
Las elecciones en Brasil son otro factor que provoca temores “hay una polarización entre candidatos que están a favor del fortalecimiento del Mercosur y otros que son escépticos, y hasta quieren retrotraerlo a una zona de libre comercio”, explica el embajador.
El tira y afloja con la UE
Algunos puntos reclamados por los europeos son el conocido pedido de apertura en cuanto a bienes industriales, pero también se extiende a servicios, compras gubernamentales y demandas en materia de propiedad intelectual e inversiones. En servicios, si bien se avanzó, los sectores más complicados siguen siendo el financiero, comunicaciones, marítimo y transporte fluvial, donde las demandas europeas son muy altas.
Siempre en servicios, los sudamericanos reclaman mayor movilidad de sus trabajadores (lo que en la jerga se llama Modo 4), ya sean empleados de una empresa que se traslada a prestar servicios o profesionales independientes. Se piden cupos y visas. La UE no se muestra muy flexible en este punto.
Por otra parte, “en cuanto a compras gubernamentales, Europa aspira a que no sea sólo una negociación de transparencia, sino que implique acceso a mercados”, aporta Chiaradía.
El Mercosur tiene sus aspiraciones más importantes en el sector de productos agrícolas y agrícolas procesados a través del acceso al mercado con la caída de los aranceles y también a través del aumento de las cuotas en algunos sectores. “Hay productos como carne vacuna, carne aviar, lácteos, granos, ajos, donde nuestros países son muy competitivos y podrían volcar rápidamente producción al mercado europeo, que ahora está muy restringido”, dice el embajador.
“Para algunas regiones del país, la incidencia es muy alta –detalla–. En carne aviar y arroz para Entre Ríos; en carne vacuna no sólo la pampa húmeda, sino también a provincias como Corrientes, Chaco, Santiago del Estero, etcétera. Hablamos de frutas, cereales y también de eliminar algunas dificultades potenciales al ingreso de biodiésel a Europa. Y, fundamentalmente, de productos agrícolas procesados: pastas, galletitas, golosinas, enlatados, enlatados de fruta, procesados de frutas y carnes”.
Los europeos ya tienen claro que ningún producto con subsidios a la exportación entrará al Mercosur con arancel cero “en cuanto a subsidios domésticos (a la producción, etcétera), hay que analizarlos tema por tema. Hay que ver si esa producción es final o si el subsidio también impacta en la materia prima. Por ejemplo las pastas, si son producidas con un trigo subsidiado finalmente el producto es subsidiado y hay que evaluar el tratamiento y cómo nos complica”, explica.
La unión aduanera
Reafirmar el Mercosur implica que los cuatro países se inserten en el mundo como una Unión Aduanera. Hay tres novedades interconectadas para este año:
El código aduanero común. Los cuatro países compartirían un instrumento único que regule el ingreso y egreso de mercancías hacia el Mercosur y hacia los otros países en general. Está elaborado en un 90%.
La interconexión online de las aduanas. Este mecanismo, prácticamente terminado, permitirá el control prolijo del movimiento de mercancías entre los socios. Un embarque de un puerto de cualquier país del Mercosur registrado por su aduana, será inmediatamente conocido por los otros tres.
La libre circulación de mercaderías. Cualquier mercadería que ingrese por uno de los cuatro países, podrá moverse por los otros tres sin tener ninguna traba interna (sin pago de aranceles), al igual que la producción local. Esto ya ocurre con algunos productos que tienen hoy arancel cero.
“Estos tres elementos darían al Mercosur un salto cualitativo en su condición de potencial socio de la UE. Pensamos que podremos resolverlo este semestre”, destaca Chiaradía. Y sintetiza con cauto optimismo: “Si llegamos a dar este fuertísimo impulso en el fortalecimiento de la Unión Aduanera, y podemos lograr un acuerdo adecuado, con un socio tan importante como la UE estaríamos atacando las dos grandes críticas que se le hacen al Mercosur: que no tiene libre circulación al interior ni logra acuerdos comerciales exitosos con terceros. Y podríamos consolidar el bloque del mercado común”.
Fuente: iEco.com