28-6-2010 - Las acciones de las entidades financieras alrededor del mundo subieron un día después de la reunión; los grupos financieros recibieron con alivio la falta de acuerdos para fijar un impuesto al sector.
Los bancos recibieron con alivio el lunes que los líderes mundiales abandonaran la idea de un impuesto global a la banca y suavizaran el cronograma de los nuevos requerimientos de capital en la cumbre del G20 del fin de semana en Canadá.
Una difícil y dividida declaración final reabrió los cuestionamientos respecto a la utilidad y efectividad del foro.
Las acciones treparon en Europa y Asia, lideradas por los bancos, después de que el Congreso estadounidense acordara un paquete de regulaciones financieras el viernes y el G20 retirara el plazo del 2012 para que los bancos adopten normas más restrictivas respecto a las provisiones por toma de riesgos.
"Recibimos con beneplácito el hecho de que el G20 haya retrocedido en su idea de imponer un cronograma arbitrario para la implementación de nuevas medidas y en vez de ello haya llegado a acuerdo de requerimientos graduales mientras y cuando las condiciones económicas nacionales lo permitan", dijo la Federación Bancaria Internacional en un comunicado.
Los líderes de las principales economías desarrolladas y emergentes hicieron públicas sus diferencias en cuanto al correcto equilibrio entre revivir el crecimiento económico y reducir los déficits presupuestarios en el diálogo del fin de semana en Toronto, en lo que se vio como un revés del presidente estadounidense Barack Obama.
Al contrario de la unidad exhibida en las pasadas tres cumbres del G20 por la crisis financiera, los líderes cayeron en la llamada "doctrina My Way de Sinatra", al dejar que cada país adopte su propio ritmo y tome decisiones "diferenciadas y a su medida".
Los líderes europeos salieron con la esperada luz verde para sus medidas de austeridad, que consideran esenciales para recuperar la confianza del mercado en el euro, golpeado por la crisis fiscal griega y las preocupaciones por la alta deuda soberana europea.
"Para ser honesta, fue más de lo que yo esperaba", dijo la canciller alemana, Angela Merkel, respecto al compromiso no vinculante del G20 con reducir a la mitad los déficits fiscales al 2013 y lograr el balance estructural a partir del 2016.
Estados Unidos había presionado a los líderes europeos antes de la cumbre a evitar un retiro prematuro de las medidas de estímulo económico y llamó a las naciones con superávits de cuenta corriente como Alemania a impulsar la demanda interna.
"El resultado positivo es que los programas de consolidación europeos, que son moderados y adecuados dada la crisis de confianza en Europa, han sido respaldados y aceptados por los pares a nivel del G20", dijo Michael Heise, economista jefe de la mayor aseguradora europea, Allianz, a Reuters.
Los banqueros centrales del mundo llamaron el lunes a adoptar medidas tempranas y decididas para reducir los déficits, advirtiendo que la recuperación global podría ser afectada por un alza de las tasas de interés a menos que las economías industrializadas tomen acciones determinadas a reducir la deuda.
"Los altos y crecientes niveles de deuda pública implican significativos riesgos para la economía global", dijo en un informe el Banco Internacional de Pagos.
Francia, el próximo
Probablemente Francia será el próximo estado europeo en anunciar medidas de reducción de déficit esta semana, ya que se prevé que el gabinete apruebe el miércoles medidas para frenar el gasto público y se esperan anuncios de nuevos recortes en septiembre para un ajustado presupuesto del 2011.
"Tenemos un objetivo intocable de reducir el nivel del déficit en dos puntos, desde el 8 al 6% el próximo año. Eso no se ha hecho nunca antes", dijo el ministro de Presupuesto, Francois Baroin, al canal de televisión France 2, y añadió que el presupuesto del 2011 sería "el más difícil en más de 30 años".
Mientras tanto, varias fuentes bancarias en Fráncfort dijeron que la Unión Europea se está preparando para realizar pruebas de resistencia a más de 100 de los mayores bancos regionales en julio, que representan cerca del 50% de los balances bancarios de cada estado miembro.
Se prevé que los ministros de Finanzas de la UE decidan la próxima semana cuántos bancos serán sometidos a las pruebas de resistencia al riesgo, y qué criterios se usarán. Los líderes europeos han acordado que los resultados se harán públicos en un intento por recuperar la confianza del mercado.
En una señal de que los mercados aún permanecían nerviosos por la deuda de la zona euro, la prima que cobran los inversionistas por comprar deuda de Francia, Bélgica, Italia y España por sobre la de referencia alemana subió a sus mayores niveles desde principios de junio.
Las tasas de interés que se cobran los bancos para prestarse entre ellos también se elevó.
El Banco Central Europeo dijo que compró otros 4,000 millones de euros en bonos gubernamentales de la zona euro la semana pasada, la menor suma semanal a la fecha, llevando el total a 55,000 millones de euros desde que intervino el 10 de mayo para frenar el contagio de la crisis de la deuda griega.
La cumbre de Toronto dejó en evidencia los temas que son más difíciles de resolver cuando los países del G20 salen de una recesión con distintas velocidades y prioridades.
Sobre la liberalización comercial, podría decirse que el G20 retrocedió al sacar el 2010 como el plazo para concluir la extensa ronda de Doha de la Organización Mundial del Comercio.
La oposición de Canadá, Japón, Brasil y Australia, cuyos bancos no necesitaron rescates estatales durante la crisis, frustraron los llamados europeos a un impuesto común a la banca para proteger a los contribuyentes de los costos de rescatar al sistema financiero.
Sobre regulación financiera, los líderes apoyaron una gradual incorporación de las normas de Basilea III de capital y liquidez, permitiendo distintas velocidades para diferentes países con el riesgo de alentar arbitrajes regulatorios.
http://www.cnnexpansion.com
Los bancos recibieron con alivio el lunes que los líderes mundiales abandonaran la idea de un impuesto global a la banca y suavizaran el cronograma de los nuevos requerimientos de capital en la cumbre del G20 del fin de semana en Canadá.
Una difícil y dividida declaración final reabrió los cuestionamientos respecto a la utilidad y efectividad del foro.
Las acciones treparon en Europa y Asia, lideradas por los bancos, después de que el Congreso estadounidense acordara un paquete de regulaciones financieras el viernes y el G20 retirara el plazo del 2012 para que los bancos adopten normas más restrictivas respecto a las provisiones por toma de riesgos.
"Recibimos con beneplácito el hecho de que el G20 haya retrocedido en su idea de imponer un cronograma arbitrario para la implementación de nuevas medidas y en vez de ello haya llegado a acuerdo de requerimientos graduales mientras y cuando las condiciones económicas nacionales lo permitan", dijo la Federación Bancaria Internacional en un comunicado.
Los líderes de las principales economías desarrolladas y emergentes hicieron públicas sus diferencias en cuanto al correcto equilibrio entre revivir el crecimiento económico y reducir los déficits presupuestarios en el diálogo del fin de semana en Toronto, en lo que se vio como un revés del presidente estadounidense Barack Obama.
Al contrario de la unidad exhibida en las pasadas tres cumbres del G20 por la crisis financiera, los líderes cayeron en la llamada "doctrina My Way de Sinatra", al dejar que cada país adopte su propio ritmo y tome decisiones "diferenciadas y a su medida".
Los líderes europeos salieron con la esperada luz verde para sus medidas de austeridad, que consideran esenciales para recuperar la confianza del mercado en el euro, golpeado por la crisis fiscal griega y las preocupaciones por la alta deuda soberana europea.
"Para ser honesta, fue más de lo que yo esperaba", dijo la canciller alemana, Angela Merkel, respecto al compromiso no vinculante del G20 con reducir a la mitad los déficits fiscales al 2013 y lograr el balance estructural a partir del 2016.
Estados Unidos había presionado a los líderes europeos antes de la cumbre a evitar un retiro prematuro de las medidas de estímulo económico y llamó a las naciones con superávits de cuenta corriente como Alemania a impulsar la demanda interna.
"El resultado positivo es que los programas de consolidación europeos, que son moderados y adecuados dada la crisis de confianza en Europa, han sido respaldados y aceptados por los pares a nivel del G20", dijo Michael Heise, economista jefe de la mayor aseguradora europea, Allianz, a Reuters.
Los banqueros centrales del mundo llamaron el lunes a adoptar medidas tempranas y decididas para reducir los déficits, advirtiendo que la recuperación global podría ser afectada por un alza de las tasas de interés a menos que las economías industrializadas tomen acciones determinadas a reducir la deuda.
"Los altos y crecientes niveles de deuda pública implican significativos riesgos para la economía global", dijo en un informe el Banco Internacional de Pagos.
Francia, el próximo
Probablemente Francia será el próximo estado europeo en anunciar medidas de reducción de déficit esta semana, ya que se prevé que el gabinete apruebe el miércoles medidas para frenar el gasto público y se esperan anuncios de nuevos recortes en septiembre para un ajustado presupuesto del 2011.
"Tenemos un objetivo intocable de reducir el nivel del déficit en dos puntos, desde el 8 al 6% el próximo año. Eso no se ha hecho nunca antes", dijo el ministro de Presupuesto, Francois Baroin, al canal de televisión France 2, y añadió que el presupuesto del 2011 sería "el más difícil en más de 30 años".
Mientras tanto, varias fuentes bancarias en Fráncfort dijeron que la Unión Europea se está preparando para realizar pruebas de resistencia a más de 100 de los mayores bancos regionales en julio, que representan cerca del 50% de los balances bancarios de cada estado miembro.
Se prevé que los ministros de Finanzas de la UE decidan la próxima semana cuántos bancos serán sometidos a las pruebas de resistencia al riesgo, y qué criterios se usarán. Los líderes europeos han acordado que los resultados se harán públicos en un intento por recuperar la confianza del mercado.
En una señal de que los mercados aún permanecían nerviosos por la deuda de la zona euro, la prima que cobran los inversionistas por comprar deuda de Francia, Bélgica, Italia y España por sobre la de referencia alemana subió a sus mayores niveles desde principios de junio.
Las tasas de interés que se cobran los bancos para prestarse entre ellos también se elevó.
El Banco Central Europeo dijo que compró otros 4,000 millones de euros en bonos gubernamentales de la zona euro la semana pasada, la menor suma semanal a la fecha, llevando el total a 55,000 millones de euros desde que intervino el 10 de mayo para frenar el contagio de la crisis de la deuda griega.
La cumbre de Toronto dejó en evidencia los temas que son más difíciles de resolver cuando los países del G20 salen de una recesión con distintas velocidades y prioridades.
Sobre la liberalización comercial, podría decirse que el G20 retrocedió al sacar el 2010 como el plazo para concluir la extensa ronda de Doha de la Organización Mundial del Comercio.
La oposición de Canadá, Japón, Brasil y Australia, cuyos bancos no necesitaron rescates estatales durante la crisis, frustraron los llamados europeos a un impuesto común a la banca para proteger a los contribuyentes de los costos de rescatar al sistema financiero.
Sobre regulación financiera, los líderes apoyaron una gradual incorporación de las normas de Basilea III de capital y liquidez, permitiendo distintas velocidades para diferentes países con el riesgo de alentar arbitrajes regulatorios.
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