23-7-2010 - En dos meses, el real brasileño se apreció 5%; el peso chileno, 4,7%; y el colombiano, 7%. La moneda local registró la peor evolución entre todas las de emergentes
La apreciación de la moneda local, un efecto que le seguiría al ingreso de capitales, se sobrepone hoy a los grandes intentos que hacen los gobiernos emergentes para evitar perder su competitividad cambiaria. Una radiografía de la región, y de los principales socios comerciales de la Argentina, permite ver esa realidad: Brasil, China, Perú, Chile, México y Colombia, entre otras de las economías con alta relevancia para la economía local, recibieron durante los dos últimos meses un fuerte ingreso de capitales que presionó al alza sus propias monedas.
Atentos a eso, y para contrarrestar el efecto, sus bancos centrales buscaron efectuar políticas monetarias de esterilización. Pero no lo lograron del todo: en los últimos dos meses, el real brasileño se apreció más de un 5%; el peso chileno, un 4,7%; el peso colombiano, casi un 7%; y el sol peruano, cerca de un 1%. Sólo una moneda, entre todas las medidas por la agencia Bloomberg, mostró una devaluación suficiente como para permitirle al país no perder competitividad cambiaria con sus vecinos: el peso argentino. La moneda local se depreció un 0,75% en dólares, y registró la peor evolución entre todas las emergentes.
Las de otros importantes socios comerciales de la Argentina, en cambio, también se apreciaron frente al dólar: el yuan chino, un 0,71%, y el euro, un 2,55%.
“Es curioso: estos mercados emergentes que antes eran considerados riesgosos para las inversiones, pasaron a ser relativamente más seguros y empezaron a recibir flujos de capitales tanto por inversiones directas, como de money activities. Los extranjeros empiezan a mirar más las economías domésticas: esto hace ingresar capitales. La evolución de la moneda es sólo una consecuencia o un reflejo más de eso”, dice Carina Güerisoli, de Compass Group.
¿Por qué la presión sobre la moneda local se hizo notar más en otros países y no tanto en la Argentina? Para los analistas, la respuesta no es difícil de inferir: evidentemente la cantidad de capitales que ingresa al país es, incluso en proporción, mucho menor a la que están recibiendo el resto de las economías de la región. La Argentina mantuvo, hasta junio, una fuga de capitales interrumpida, que según estimaciones privadas llegó a superar los u$s 1.000 millones en junio pasado. La tendencia se habría revertido drásticamente a principios de julio: el BCRA efectúa desde entonces fuertes compras diarias de dólares en el mercado cambiario, y ya logró sumar a sus reservas más de u$s 1.600 millones en 20 días. Y hasta podría haber adquirido bastante más, se reconoce, de no haberse visto limitado por los riesgos inflacionarios que supone la emisión de pesos.
El mayor flujo también se hace notar en otros activos locales, como los bonos y las acciones locales, que ayer quedaron en su mayor nivel en 80 días (ver aparte). Las monedas también lo reflejan: desde el 22 de junio hasta ayer, el euro se apreció 4,7%; el peso chileno, 2,55%, el real brasileño, 1,5% y el peso colombiano, 1,44%. El peso argentino fue en sentido inverso, al caer 0,15%.
“El spread entre el crecimiento de los desarrollados y el de los emergentes es más alto que nunca. De ahí que hoy haya más razones que nunca para invertir en emergentes. Tendríamos que empezar a cambiar la terminología para algunas economías”, agregó Güerisolli.
http://www.zonabancos.com
La apreciación de la moneda local, un efecto que le seguiría al ingreso de capitales, se sobrepone hoy a los grandes intentos que hacen los gobiernos emergentes para evitar perder su competitividad cambiaria. Una radiografía de la región, y de los principales socios comerciales de la Argentina, permite ver esa realidad: Brasil, China, Perú, Chile, México y Colombia, entre otras de las economías con alta relevancia para la economía local, recibieron durante los dos últimos meses un fuerte ingreso de capitales que presionó al alza sus propias monedas.
Atentos a eso, y para contrarrestar el efecto, sus bancos centrales buscaron efectuar políticas monetarias de esterilización. Pero no lo lograron del todo: en los últimos dos meses, el real brasileño se apreció más de un 5%; el peso chileno, un 4,7%; el peso colombiano, casi un 7%; y el sol peruano, cerca de un 1%. Sólo una moneda, entre todas las medidas por la agencia Bloomberg, mostró una devaluación suficiente como para permitirle al país no perder competitividad cambiaria con sus vecinos: el peso argentino. La moneda local se depreció un 0,75% en dólares, y registró la peor evolución entre todas las emergentes.
Las de otros importantes socios comerciales de la Argentina, en cambio, también se apreciaron frente al dólar: el yuan chino, un 0,71%, y el euro, un 2,55%.
“Es curioso: estos mercados emergentes que antes eran considerados riesgosos para las inversiones, pasaron a ser relativamente más seguros y empezaron a recibir flujos de capitales tanto por inversiones directas, como de money activities. Los extranjeros empiezan a mirar más las economías domésticas: esto hace ingresar capitales. La evolución de la moneda es sólo una consecuencia o un reflejo más de eso”, dice Carina Güerisoli, de Compass Group.
¿Por qué la presión sobre la moneda local se hizo notar más en otros países y no tanto en la Argentina? Para los analistas, la respuesta no es difícil de inferir: evidentemente la cantidad de capitales que ingresa al país es, incluso en proporción, mucho menor a la que están recibiendo el resto de las economías de la región. La Argentina mantuvo, hasta junio, una fuga de capitales interrumpida, que según estimaciones privadas llegó a superar los u$s 1.000 millones en junio pasado. La tendencia se habría revertido drásticamente a principios de julio: el BCRA efectúa desde entonces fuertes compras diarias de dólares en el mercado cambiario, y ya logró sumar a sus reservas más de u$s 1.600 millones en 20 días. Y hasta podría haber adquirido bastante más, se reconoce, de no haberse visto limitado por los riesgos inflacionarios que supone la emisión de pesos.
El mayor flujo también se hace notar en otros activos locales, como los bonos y las acciones locales, que ayer quedaron en su mayor nivel en 80 días (ver aparte). Las monedas también lo reflejan: desde el 22 de junio hasta ayer, el euro se apreció 4,7%; el peso chileno, 2,55%, el real brasileño, 1,5% y el peso colombiano, 1,44%. El peso argentino fue en sentido inverso, al caer 0,15%.
“El spread entre el crecimiento de los desarrollados y el de los emergentes es más alto que nunca. De ahí que hoy haya más razones que nunca para invertir en emergentes. Tendríamos que empezar a cambiar la terminología para algunas economías”, agregó Güerisolli.
http://www.zonabancos.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario
No insultos, No palabras obsenas, NO razismo