22-7-2010 - Darío Epstein, presidente de Research for Traders, sostiene que el objetivo es determinar si están preparados para sobrepasar ciertos problemas
Llegó la hora de la verdad para el sistema financiero europeo. Los mercados han estado operando estos días con poco volumen a la espera de los resultados del stress-test o prueba de resistencia que se le han ido practicando en un ejercicio de simulación a las entidades del Viejo Continente. Los resultados, a conocerse mañana viernes por la mañana, definirá en gran parte el humor de los operadores en todo el mundo y la tendencia de corto plazo de los mercados.
Las distintas crisis siempre suscitan mayores regulaciones y medidas innovadoras, para evitar que la misma se repita. La baja en el precio de las casas suscitó la caída de los activos hipotecarios en el 2007 y la posterior crisis a finales de ese año.
Los bancos de Estados Unidos terminaron teniendo entre sus activos títulos de deuda respaldados por hipotecas, un activo subyacente que en algunos casos sólo valía un tercio de la misma. El temor se diseminó y el riesgo de contraparte comenzó a brotar, restringiendo las operaciones entre las entidades.
Una vez tomadas las medidas más inmediatas para reestablecer y abaratar el crédito a valores nunca antes vistos, la Reserva Federal encaró a principios del 2009 un test de resistencia a sus principales entidades, exigiendo a los principales 19 bancos que se sometan a un riguroso estudio.
Esa decisión permitió reducir la incertidumbre y saber en qué situación se encontraban las entidades financieras, devolviendo la tranquilidad en el sistema financiero y la confianza en los mercados.
El resultado fue que los bancos requerirían de un refuerzo de u$s74.600 millones de capital durante los siguientes nueve meses para protegerse de la crisis financiera. Estimaron también que las pérdidas de los bancos hasta el año actual 2010 ascenderían a u$s600 mil millones.
Los resultados del test permitieron al mercado conocer la salud del sistema y se demostró que los bancos estarían preparados para afrontar sus problemas de crédito en el corto plazo.
Pero pasada la crisis financiera, llegaron las crisis fiscales. Y se desnudaron todas las inconsistencias e incumplimientos crónicos de los distintos países de Europa. Las dudas acerca de la capacidad de repago de la deuda de Grecia contaminó a otros países con débiles fundamentals, y los bancos quedaron expuestos frente a ese escenario de endeudamientos cruzados: los bancos habían comprado mucha deuda soberana.
A diferencia de la FED, el Banco Central Europeo (BCE) se tomó más tiempo para entrar en acción. La Eurozona es un conjunto de países heterogéneos que para llegar a un acuerdo y aplicar medidas uniformes es más complicado de implementar. Por eso el test debió ser más flexible que el utilizado por EE.UU., generando dudas sobre la coherencia y la credibilidad del informe, aunque se trata de un avance para devolverle la confianza de los mercados.
Este viernes la Unión Europea dará a conocer los resultados. Los inversores lo esperan con ansiedad ya que es visto como un medidor de la salud económico-financiera de las entidades bancarias de Europa, un sector clave para la recuperación de precios. Pero, ¿en qué consiste el stress-test?
El stress-test, o test de estrés, es una simulación practicada tanto a los activos como a los pasivos de los bancos para establecer sus reacciones ante diferentes situaciones financieras, es decir cómo evolucionará una cartera en el hipotético caso de una crisis.
Se realizó un análisis de la capacidad de adaptación de los bancos ante el desarrollo de tres posibles escenarios: se estimaron los ratios de capital tomando como referencia el 2011, un escenario adverso y por último un tercer test que incluye un “shock soberano”, de acuerdo con un modelo especialmente preparado par eso.
En este último escenario los bancos darán a conocer sus pérdidas obtenidas por causa de la deuda soberana europea y así como también mostrarán de qué manera podrían lidiar frente a esa situación. Se intenta conocer el grado de solvencia de las entidades y poder, en consecuencia, reaccionar a tiempo frente a problemas en un futuro.
Específicamente, y la merma potencial de sus negocios debidos a dos factores de riesgo (deudas soberanas con problemas de repago y un menor crecimiento económico por la aplicación de los planes de ajustes fiscales por parte de los gobiernos miembros de la Unión Europea).
Además, se intentará a través del informe determinar que entidades estarían en condiciones de absorber las pérdidas por quebrantos de deudas soberanas y se estimaron, por ejemplo, una incobrabilidad del 17% para el gobierno griego y del 3% para el Gobierno español.
Pero no tardaron en llegar las primeras críticas a la metodología del test, ya que el mercado tiene estimaciones de incobrabilidad mucho más altas para y hay dudas de que el test muestre resultados cercanos a la realidad, ya que los auditores están partiendo de una base estadística distinta a la conocida por el mercado ahora que se están difundiendo los balances del segundo trimestre.
¿Quién fue el encargado de realizar el stress test? El organismo encargado de realizar el stress test campo fue el Comité de Supervisores del Sistema Bancario Europeo, una entidad independiente que tiene la función de asesorar a la Unión Europea.
¿A cuantos bancos europeos se realizó el stress test? Este informe se realizó sobre 91 bancos de Europa, los cuales representan aproximadamente el 60% de la cartera crediticia de todo el sistema bancario de la Eurozona, incluyéndose en la muestra 27 bancos españoles, 14 alemanes, 6 griegos y una cantidad similar de bancos italianos, franceses y británicos.
Una importante entidad estima que la necesidad de capitalización para los bancos españoles sería de unos 36 mil millones de euros, de 34 mil millones para bancos alemanes, y de 8,6 billones de euros para bancos de Grecia.
Destacamos que estas estimaciones se apoyan en una serie de supuestos, y están diseñadas más para comparar el capital potencial de las necesidades con los programas, en lugar de pronosticar el resultado puntual de las pruebas. Veremos mañana cuál será el resultado, pero estimamos que los mercados podrían recuperar algo del terreno perdido en el año, de no mediar ninguna sorpresa.
Darío Epstein - Presidente de Research for Traders Especial para © iProfesional.com
Llegó la hora de la verdad para el sistema financiero europeo. Los mercados han estado operando estos días con poco volumen a la espera de los resultados del stress-test o prueba de resistencia que se le han ido practicando en un ejercicio de simulación a las entidades del Viejo Continente. Los resultados, a conocerse mañana viernes por la mañana, definirá en gran parte el humor de los operadores en todo el mundo y la tendencia de corto plazo de los mercados.
Las distintas crisis siempre suscitan mayores regulaciones y medidas innovadoras, para evitar que la misma se repita. La baja en el precio de las casas suscitó la caída de los activos hipotecarios en el 2007 y la posterior crisis a finales de ese año.
Los bancos de Estados Unidos terminaron teniendo entre sus activos títulos de deuda respaldados por hipotecas, un activo subyacente que en algunos casos sólo valía un tercio de la misma. El temor se diseminó y el riesgo de contraparte comenzó a brotar, restringiendo las operaciones entre las entidades.
Una vez tomadas las medidas más inmediatas para reestablecer y abaratar el crédito a valores nunca antes vistos, la Reserva Federal encaró a principios del 2009 un test de resistencia a sus principales entidades, exigiendo a los principales 19 bancos que se sometan a un riguroso estudio.
Esa decisión permitió reducir la incertidumbre y saber en qué situación se encontraban las entidades financieras, devolviendo la tranquilidad en el sistema financiero y la confianza en los mercados.
El resultado fue que los bancos requerirían de un refuerzo de u$s74.600 millones de capital durante los siguientes nueve meses para protegerse de la crisis financiera. Estimaron también que las pérdidas de los bancos hasta el año actual 2010 ascenderían a u$s600 mil millones.
Los resultados del test permitieron al mercado conocer la salud del sistema y se demostró que los bancos estarían preparados para afrontar sus problemas de crédito en el corto plazo.
Pero pasada la crisis financiera, llegaron las crisis fiscales. Y se desnudaron todas las inconsistencias e incumplimientos crónicos de los distintos países de Europa. Las dudas acerca de la capacidad de repago de la deuda de Grecia contaminó a otros países con débiles fundamentals, y los bancos quedaron expuestos frente a ese escenario de endeudamientos cruzados: los bancos habían comprado mucha deuda soberana.
A diferencia de la FED, el Banco Central Europeo (BCE) se tomó más tiempo para entrar en acción. La Eurozona es un conjunto de países heterogéneos que para llegar a un acuerdo y aplicar medidas uniformes es más complicado de implementar. Por eso el test debió ser más flexible que el utilizado por EE.UU., generando dudas sobre la coherencia y la credibilidad del informe, aunque se trata de un avance para devolverle la confianza de los mercados.
Este viernes la Unión Europea dará a conocer los resultados. Los inversores lo esperan con ansiedad ya que es visto como un medidor de la salud económico-financiera de las entidades bancarias de Europa, un sector clave para la recuperación de precios. Pero, ¿en qué consiste el stress-test?
El stress-test, o test de estrés, es una simulación practicada tanto a los activos como a los pasivos de los bancos para establecer sus reacciones ante diferentes situaciones financieras, es decir cómo evolucionará una cartera en el hipotético caso de una crisis.
Se realizó un análisis de la capacidad de adaptación de los bancos ante el desarrollo de tres posibles escenarios: se estimaron los ratios de capital tomando como referencia el 2011, un escenario adverso y por último un tercer test que incluye un “shock soberano”, de acuerdo con un modelo especialmente preparado par eso.
En este último escenario los bancos darán a conocer sus pérdidas obtenidas por causa de la deuda soberana europea y así como también mostrarán de qué manera podrían lidiar frente a esa situación. Se intenta conocer el grado de solvencia de las entidades y poder, en consecuencia, reaccionar a tiempo frente a problemas en un futuro.
Específicamente, y la merma potencial de sus negocios debidos a dos factores de riesgo (deudas soberanas con problemas de repago y un menor crecimiento económico por la aplicación de los planes de ajustes fiscales por parte de los gobiernos miembros de la Unión Europea).
Además, se intentará a través del informe determinar que entidades estarían en condiciones de absorber las pérdidas por quebrantos de deudas soberanas y se estimaron, por ejemplo, una incobrabilidad del 17% para el gobierno griego y del 3% para el Gobierno español.
Pero no tardaron en llegar las primeras críticas a la metodología del test, ya que el mercado tiene estimaciones de incobrabilidad mucho más altas para y hay dudas de que el test muestre resultados cercanos a la realidad, ya que los auditores están partiendo de una base estadística distinta a la conocida por el mercado ahora que se están difundiendo los balances del segundo trimestre.
¿Quién fue el encargado de realizar el stress test? El organismo encargado de realizar el stress test campo fue el Comité de Supervisores del Sistema Bancario Europeo, una entidad independiente que tiene la función de asesorar a la Unión Europea.
¿A cuantos bancos europeos se realizó el stress test? Este informe se realizó sobre 91 bancos de Europa, los cuales representan aproximadamente el 60% de la cartera crediticia de todo el sistema bancario de la Eurozona, incluyéndose en la muestra 27 bancos españoles, 14 alemanes, 6 griegos y una cantidad similar de bancos italianos, franceses y británicos.
Una importante entidad estima que la necesidad de capitalización para los bancos españoles sería de unos 36 mil millones de euros, de 34 mil millones para bancos alemanes, y de 8,6 billones de euros para bancos de Grecia.
Destacamos que estas estimaciones se apoyan en una serie de supuestos, y están diseñadas más para comparar el capital potencial de las necesidades con los programas, en lugar de pronosticar el resultado puntual de las pruebas. Veremos mañana cuál será el resultado, pero estimamos que los mercados podrían recuperar algo del terreno perdido en el año, de no mediar ninguna sorpresa.
Darío Epstein - Presidente de Research for Traders Especial para © iProfesional.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario
No insultos, No palabras obsenas, NO razismo