18-7-2010 - Los expertos financieros ven a Brasil y a India como dos países con un potencial de crecimiento que incluso podría llegar a determinar los movimientos de los mercados internacionales. La ventaja con la que juegan, dicen, es el aumento que experimenta su consumo interno.
Los expertos económicos internacionales suponen que China tiene en sus manos el destino de la economía mundial, pero muchas veces ignoran dos países emergentes que han adquirido una importancia significativa, como son India y Brasil, que tienen como ventaja una fuerte demanda interna.
En un artículo publicado por Dow Jones, el columnista Michael Casey, afirma que una mirada cercana sobre el papel que juegan India y Brasil sobre la demanda mundial sitúa a ambos países como claves en el crecimiento económico del planeta, a pesar de que los expertos internacionales ponen su futuro en manos de China.
El Fondo Monetario Internacional ha revisado recientemente la tasa de crecimiento prevista en este año de los dos países. La economía de Brasil crecerá, según el organismo, un 9,5% (frente al 8,8% previsto antes), y la de India un 7,1%.
El índice de exportaciones de China es de un 40%, mientras que el de Brasil es de un 10% y el de India un 15%. Pero India y Brasil cuentan con una ventaja importante que les sitúa a la misma altura que el gigante asiático: su gran consumo interno, según refleja un artículo escrito por el columnista de Dow Jones Michael Casey.
Un gran número de las exportaciones chinas son productos cuyos componentes el país trae del extranjero, de forma que el gigante asiático sería una especie de ‘constructor importador’. Por ello, la economía china depende mucho de la demanda externa. Su gran fortaleza, la exportación de productos, no existiría si no hubiera una demanda por parte del mercado internacional.
La base de la economía china, impulsada por las exportaciones, puede suponer un freno en el crecimiento de la economía mundial, según los expertos financieros.
En el caso de los países emergentes, lo que más entusiasma a los inversores no es su potencial de exportación, sino el desarrollo de su economía doméstica, algo que resulta más seguro que la demanda externa.
Pero no todo es de color rosa. Una inflación demasiado alta podría perjudicar a los dos países, pero mientras sus respectivos Bancos Centrales mantengan a raya las presiones inflacionarias intrínsecas a su crecimiento económico, sus divisas continuarán con una tendencia estable o incluso alcista. El resultado será unos precios modestos y grandes ganancias en la producción, lo que dará más capacidad de compra en el mercado exterior.
Americaeconomica.com
Los expertos económicos internacionales suponen que China tiene en sus manos el destino de la economía mundial, pero muchas veces ignoran dos países emergentes que han adquirido una importancia significativa, como son India y Brasil, que tienen como ventaja una fuerte demanda interna.
En un artículo publicado por Dow Jones, el columnista Michael Casey, afirma que una mirada cercana sobre el papel que juegan India y Brasil sobre la demanda mundial sitúa a ambos países como claves en el crecimiento económico del planeta, a pesar de que los expertos internacionales ponen su futuro en manos de China.
El Fondo Monetario Internacional ha revisado recientemente la tasa de crecimiento prevista en este año de los dos países. La economía de Brasil crecerá, según el organismo, un 9,5% (frente al 8,8% previsto antes), y la de India un 7,1%.
El índice de exportaciones de China es de un 40%, mientras que el de Brasil es de un 10% y el de India un 15%. Pero India y Brasil cuentan con una ventaja importante que les sitúa a la misma altura que el gigante asiático: su gran consumo interno, según refleja un artículo escrito por el columnista de Dow Jones Michael Casey.
Un gran número de las exportaciones chinas son productos cuyos componentes el país trae del extranjero, de forma que el gigante asiático sería una especie de ‘constructor importador’. Por ello, la economía china depende mucho de la demanda externa. Su gran fortaleza, la exportación de productos, no existiría si no hubiera una demanda por parte del mercado internacional.
La base de la economía china, impulsada por las exportaciones, puede suponer un freno en el crecimiento de la economía mundial, según los expertos financieros.
En el caso de los países emergentes, lo que más entusiasma a los inversores no es su potencial de exportación, sino el desarrollo de su economía doméstica, algo que resulta más seguro que la demanda externa.
Pero no todo es de color rosa. Una inflación demasiado alta podría perjudicar a los dos países, pero mientras sus respectivos Bancos Centrales mantengan a raya las presiones inflacionarias intrínsecas a su crecimiento económico, sus divisas continuarán con una tendencia estable o incluso alcista. El resultado será unos precios modestos y grandes ganancias en la producción, lo que dará más capacidad de compra en el mercado exterior.
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