7-8-2010 - BANQUEROS Y POLÍTICOS ESTUDIAN TOMAR MEDIDAS CONTRA ESTE DELITO
Hoy cada vez son más los proyectos de ley que circulan en el Congreso y en la Legislatura porteña y que proponen iniciativas para ponerle fin a esta violenta modalidad delictiva
Los banqueros se esfuerzan en aclarar que no se trata de una nueva “modalidad delictiva”, sino de un mal extendido desde hace tiempo. “Nos toca a los bancos tanto como a los supermercados o a los comerciantes. No es diferente del crecimiento del delito en el resto de los sectores de la Argentina”, advierten desde una entidad pública. Los argentinos sufren hoy, a cada hora, al menos una salidera bancaria en alguna sucursal del país, que puede terminar por evaporarles en segundos el ahorro de toda una vida o el préstamo de un futuro “promisorio”.
Algunos hechos, en los últimos meses, removieron y reavivaron el temor social. El más reciente: la lenta muerte, conocida ayer, de Isidro, el bebé de una mujer embarazada de nueve meses que fue baleada hace ocho días por motochorros en un banco de La Plata.
“Es un delito que se sostiene y que no es nuevo. El pico de este tipo de robos fue en el 2001. Extraña que el gobernador descubra esto como una nueva modalidad. Nosotros presentamos nuestros proyectos en mayo pasado”, comentó a este diario el diputado nacional del partido GEN Gerardo Milman, autor de una de las iniciativas legislativas sobre seguridad bancaria.
Desde su despacho realizaron un relevamiento previo, en todo el país, sobre los delitos que se cometieron bajo esta modalidad. Sólo en el primer semestre de 2010 registraron unas 5.000 salideras bancarias en el país. “Vimos que, en general, siempre se dan en condiciones similares. Por ejemplo, en el mes de julio, que es cuando la gente tiene su aguinaldo en el bolsillo”, agregó Milman. Agregó que suelen multiplicarse los días miércoles y, aún con más exactitud, en la franja horaria de 12 a 15. “Un ‘marcador’ que está adentro del banco comunica que sale la persona del banco mediante señas o teléfonos celulares. El asalto ocurre a pocas cuadras de ahí”, explica un especialista.
Una cumbre de banqueros, convocada ayer por el gobernador Daniel Scioli, intentó ponerle fin a la ola delictiva. Allí estuvieron presentes los funcionarios de la Asociación de Bancos Argentinos (ABA), de la Asociación de Bancos Privados de Capital Argentino (ADEBA), Y del Banco Nación y del Provincia.
El acta de la reunión indicó que los funcionarios discutieron principalmente sobre cuatro puntos: cómo reforzar la capacitación de seguridad bancaria a los vigiladores que trabajan en los bancos; de qué manera revisar la arquitectura de cada banco para impedir la visibilidad entre las cajas; analizar la instalación en sucursales de cámara de domos robóticas de “CCTV”; y considerar la aplicación de inhibidores de celulares.
En los pasillos legislativos circula por estos días una interminable lista de medidas que los bancos podrían verse obligados a aplicar en adelante. Entre ellas, ampliar la responsabilidad de las entidades ante estos delitos”, estableciendoles “la obligación de indemnizar a quienes sean víctimas de un ilícito dentro o fuera de sus instalaciones, durante un período de tres horas, a partir del retiro del dinero o de un bien”.
El borrador de Milman buscará su dictamen en la comisión de Finanzas, junto a otro proyecto de los diputados radicales Jorge Álvarez y Hugo Castañón, que prevé que “las entidades financieras y cambiarias cuenten con inhibidores o bloqueadores de señal que imposibiliten el uso de teléfonos celulares en el interior de las mismas”.
En la legislatura porteña, en cambio, el diputado Daniel Amoroso propuso con otra iniciativa “medidas alternativas preventivas para evitar la exposición de los clientes” ante este delito: “Todos los bancos porteños tendrán que instalar en sus sucursales paneles o muros divisorios que aíslen al cliente que deba realizar operaciones en ventanilla”. En diálogo con este diario, el diputado explicó que, para eso, es preciso que “los cajeros tengan un especie de box que impida ver al cliente que hace la operación”.
Hoy cada vez son más los proyectos de ley que circulan en el Congreso y en la Legislatura porteña y que proponen iniciativas para ponerle fin a esta violenta modalidad delictiva
Los banqueros se esfuerzan en aclarar que no se trata de una nueva “modalidad delictiva”, sino de un mal extendido desde hace tiempo. “Nos toca a los bancos tanto como a los supermercados o a los comerciantes. No es diferente del crecimiento del delito en el resto de los sectores de la Argentina”, advierten desde una entidad pública. Los argentinos sufren hoy, a cada hora, al menos una salidera bancaria en alguna sucursal del país, que puede terminar por evaporarles en segundos el ahorro de toda una vida o el préstamo de un futuro “promisorio”.
Algunos hechos, en los últimos meses, removieron y reavivaron el temor social. El más reciente: la lenta muerte, conocida ayer, de Isidro, el bebé de una mujer embarazada de nueve meses que fue baleada hace ocho días por motochorros en un banco de La Plata.
“Es un delito que se sostiene y que no es nuevo. El pico de este tipo de robos fue en el 2001. Extraña que el gobernador descubra esto como una nueva modalidad. Nosotros presentamos nuestros proyectos en mayo pasado”, comentó a este diario el diputado nacional del partido GEN Gerardo Milman, autor de una de las iniciativas legislativas sobre seguridad bancaria.
Desde su despacho realizaron un relevamiento previo, en todo el país, sobre los delitos que se cometieron bajo esta modalidad. Sólo en el primer semestre de 2010 registraron unas 5.000 salideras bancarias en el país. “Vimos que, en general, siempre se dan en condiciones similares. Por ejemplo, en el mes de julio, que es cuando la gente tiene su aguinaldo en el bolsillo”, agregó Milman. Agregó que suelen multiplicarse los días miércoles y, aún con más exactitud, en la franja horaria de 12 a 15. “Un ‘marcador’ que está adentro del banco comunica que sale la persona del banco mediante señas o teléfonos celulares. El asalto ocurre a pocas cuadras de ahí”, explica un especialista.
Una cumbre de banqueros, convocada ayer por el gobernador Daniel Scioli, intentó ponerle fin a la ola delictiva. Allí estuvieron presentes los funcionarios de la Asociación de Bancos Argentinos (ABA), de la Asociación de Bancos Privados de Capital Argentino (ADEBA), Y del Banco Nación y del Provincia.
El acta de la reunión indicó que los funcionarios discutieron principalmente sobre cuatro puntos: cómo reforzar la capacitación de seguridad bancaria a los vigiladores que trabajan en los bancos; de qué manera revisar la arquitectura de cada banco para impedir la visibilidad entre las cajas; analizar la instalación en sucursales de cámara de domos robóticas de “CCTV”; y considerar la aplicación de inhibidores de celulares.
En los pasillos legislativos circula por estos días una interminable lista de medidas que los bancos podrían verse obligados a aplicar en adelante. Entre ellas, ampliar la responsabilidad de las entidades ante estos delitos”, estableciendoles “la obligación de indemnizar a quienes sean víctimas de un ilícito dentro o fuera de sus instalaciones, durante un período de tres horas, a partir del retiro del dinero o de un bien”.
El borrador de Milman buscará su dictamen en la comisión de Finanzas, junto a otro proyecto de los diputados radicales Jorge Álvarez y Hugo Castañón, que prevé que “las entidades financieras y cambiarias cuenten con inhibidores o bloqueadores de señal que imposibiliten el uso de teléfonos celulares en el interior de las mismas”.
En la legislatura porteña, en cambio, el diputado Daniel Amoroso propuso con otra iniciativa “medidas alternativas preventivas para evitar la exposición de los clientes” ante este delito: “Todos los bancos porteños tendrán que instalar en sus sucursales paneles o muros divisorios que aíslen al cliente que deba realizar operaciones en ventanilla”. En diálogo con este diario, el diputado explicó que, para eso, es preciso que “los cajeros tengan un especie de box que impida ver al cliente que hace la operación”.
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