Comparar la crisis local de 2001 con la actual del país europeo se convirtió en el pasatiempo favorito de académicos y analistas de bancos de inversión.
Se enfrentaron en el mundial de Estados Unidos 94, con un 4 a 0 a favor de la Argentina; y volverán a hacerlo el martes 22 de junio, en Polokwane, Sudáfrica.Pero, para los economistas, el clásico Argentina-Grecia pasa hoy por un terreno bien distinto: comparar la crisis local de 2001 con la actual del país europeo se convirtió en el pasatiempo favorito de académicos y analistas de bancos de inversión. En los medios internacionales especializados, lo lugares comunes se suceden: "No llores por mí, Grecia", "Ultimo tango en Atenas", etc.
Las similitudes entre ambos episodios son varias, pero hay una que resalta por su obviedad: en los dos casos se enfrentó la restricción de una moneda apreciada, con altísimos costos para una salida devaluatoria. Se comparte además el karma de una pesada deuda soberana, y en ambos casos los intentos de una salida deflacionaria (recortes de salarios, etc) fueron inútiles.
"Salvando las distancias (mayor deuda en Grecia; caja de connversión Vs. moneda externa; Atlántico Sur Vs. Mediterráneo, lo cual es una diferencia no trivial), el caso griego tiene un aire de familiaridad", explica Daniel Heymann, economista jefe de la Cepal Argentina.
"Deja Vu Argentina 2001", titula su último posteo David Beckworth, profesor de la Universidad de Texas, luego de recabar los más recientes análisis de economistas reconocidos sobre la situación griega, incluído el de Nouriel Roubini (el "Nostradamus" de la última turbulencia), quien afirma que, de no contenerse a tiempo, el deslizamiento podría causar una nueva depresión global.
En el sitio de apuestas Intrade.com, los pronósticos de que un país abandone la eurozona en 2010 son del 15%: a pesar de la severidad de la crisis de los PIGS (Portugal, Italia, Grecia y España), las barreras de salida del planeta euro son tan costosas que aún en este caos a los analistas les perece un escenario inimaginable.
"Con todo, Argentina enfrentaba costos similares y abandonó la convertibilidad", dice Beckworth, "nunca digas nunca".
La situación de los PIGS llevó a Paul Krugman a reeditar sus argumentos contra los sistemas monetarios rígidos, que no permiten devaluar, como la Argentina de los 90. "Si los países europeos hoy tuvieran su propia moneda, sería el momento de devaluar", dice el Nobel.
Una curiosidad adicional: luego de la crisis local de 2001 hubo caída de ingresos iguales o peores en el resto del planeta. A principios de 2009, el PBI de Corea bajaba a una tasa anualizada del 20%, la tormenta en Japón de llevaba casi el 13% de su producto, Islandia creaba su corralito, etc.
Y sin embargo, en el inconsciente colectivo de los economistas académicos, la salida de la convertibilidad argentina sigue siendo una suerte de "madre de todas las crisis", un espejo en el cual se miran todos los derrapes posteriores. Hasta el momento, se ve, no hay un título que supere al "No llores por mí...".
Fuente: www.ieco.clarin.com
Se enfrentaron en el mundial de Estados Unidos 94, con un 4 a 0 a favor de la Argentina; y volverán a hacerlo el martes 22 de junio, en Polokwane, Sudáfrica.Pero, para los economistas, el clásico Argentina-Grecia pasa hoy por un terreno bien distinto: comparar la crisis local de 2001 con la actual del país europeo se convirtió en el pasatiempo favorito de académicos y analistas de bancos de inversión. En los medios internacionales especializados, lo lugares comunes se suceden: "No llores por mí, Grecia", "Ultimo tango en Atenas", etc.
Las similitudes entre ambos episodios son varias, pero hay una que resalta por su obviedad: en los dos casos se enfrentó la restricción de una moneda apreciada, con altísimos costos para una salida devaluatoria. Se comparte además el karma de una pesada deuda soberana, y en ambos casos los intentos de una salida deflacionaria (recortes de salarios, etc) fueron inútiles.
"Salvando las distancias (mayor deuda en Grecia; caja de connversión Vs. moneda externa; Atlántico Sur Vs. Mediterráneo, lo cual es una diferencia no trivial), el caso griego tiene un aire de familiaridad", explica Daniel Heymann, economista jefe de la Cepal Argentina.
"Deja Vu Argentina 2001", titula su último posteo David Beckworth, profesor de la Universidad de Texas, luego de recabar los más recientes análisis de economistas reconocidos sobre la situación griega, incluído el de Nouriel Roubini (el "Nostradamus" de la última turbulencia), quien afirma que, de no contenerse a tiempo, el deslizamiento podría causar una nueva depresión global.
En el sitio de apuestas Intrade.com, los pronósticos de que un país abandone la eurozona en 2010 son del 15%: a pesar de la severidad de la crisis de los PIGS (Portugal, Italia, Grecia y España), las barreras de salida del planeta euro son tan costosas que aún en este caos a los analistas les perece un escenario inimaginable.
"Con todo, Argentina enfrentaba costos similares y abandonó la convertibilidad", dice Beckworth, "nunca digas nunca".
La situación de los PIGS llevó a Paul Krugman a reeditar sus argumentos contra los sistemas monetarios rígidos, que no permiten devaluar, como la Argentina de los 90. "Si los países europeos hoy tuvieran su propia moneda, sería el momento de devaluar", dice el Nobel.
Una curiosidad adicional: luego de la crisis local de 2001 hubo caída de ingresos iguales o peores en el resto del planeta. A principios de 2009, el PBI de Corea bajaba a una tasa anualizada del 20%, la tormenta en Japón de llevaba casi el 13% de su producto, Islandia creaba su corralito, etc.
Y sin embargo, en el inconsciente colectivo de los economistas académicos, la salida de la convertibilidad argentina sigue siendo una suerte de "madre de todas las crisis", un espejo en el cual se miran todos los derrapes posteriores. Hasta el momento, se ve, no hay un título que supere al "No llores por mí...".
Fuente: www.ieco.clarin.com
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