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08 marzo 2010

OPINIÓN: ¿Hasta cuándo la economía real seguirá indiferente?

La política, no la economía es variable de ajuste del 2010. La última semana es un claro ejemplo de la insensatez y la intransigencia, situación que ha colocado a la sociedad argentina ante el riesgo de otra debacle.

La historia demuestra que nada está garantizado, ni el éxito ni el fracaso. La economía está dando signos de salir de la recesión desde fines del 2009, sin embargo los temores sobre una recaída, fuga de capitales o una espiralización de la tasa de inflación, son hoy mayores que seis meses atrás.

¿Por qué la presidenta Cristina Kirchner anuncia un DNU en la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso? ¿Imaginaba un desenlace mágico? ¿Qué no habría respuesta de la oposición y la Justicia? ¿Ignoraba fallos judiciales anteriores y conversaciones de senadores del oficialismo para acordar una ley sobre el uso de reservas con la oposición? ¿En qué país pensaba Marcó del Pont y los directores del Banco Central que a hurtadillas pasaron al Tesoro nacional 6.500 millones de dólares sin que el decreto fuera publicado ni conocido?

Con la captación de facto de las reservas, el oficialismo se ha infligido un golpe aún mayor que de haber accedido a una negociación para llevar al Congreso un proyecto de ley a definir con la oposición. Perdió el control del Senado y ahora el pliego de Marcó del Pont sería rechazado por esa Cámara. ¿Insistirá Cristina Kirchner en mantener a la economista en la poltrona del Banco Central?

La jueza González Vidal reiteró el fallo que impide el uso de reservas hasta tanto se expida el Congreso. ¿Habrá desacato del Ejecutivo a ese fallo? ¿Que sucederá si el Congreso avanza con una nueva ley del cheque que sea coparticipable?

Desde el oficialismo se insinuó que el Ejecutivo vetará todo lo que salga del Congreso ¿La Presidente imagina poder gobernar lo que resta de su mandato con látigo, veto y DNU?

El alboroto político alrededor del uso de las reservas es de muy alto riesgo. En febrero volvió la fuga de capitales; según las estimaciones más prudentes, la salida de dólares sumó unos 1.000 millones. Quizás influyó la situación externa y el temblor en los mercados que produjo las noticias del déficit de Grecia y la situación de España y Portugal. Pero el ruido político en las finanzas no es un buen síntoma.

El Gobierno insiste en que si no le permiten el uso de las reservas, la Argentina entraría en default.

La oposición, o una buena parte de ella, cree que el Congreso debe discutir un nuevo Presupuesto y como serán usadas las reservas para cancelar deuda.

Circulan también versiones disímiles sobre la situación real de las cuentas fiscales. ¿Tan mal está la situación que la Presidente reclama los dólares del Banco Central? Los mercados han respondido favorablemente en la semana que pasó porque suponen que la Argentina pagará sí o sí este año.

¿Pero que pasará más adelante? ¿Es tan grave la situación fiscal o la Presidenta exagera?

Las estimaciones sobre el resultado fiscal de este año de varios estudios económicos no son buenas, pero estarían lejos de una catástrofe. Bastaría que el gobierno de Cristina Kirchner decidiera bajar el ritmo de crecimiento del gasto público a los niveles que crece la recaudación para morigerar todas las tensiones económicas; y en primer lugar la inflación.

No se entiende la negativa rotunda a moderar el crecimiento del gasto, cuando ha estado avanzando a más del 30% en los últimos dos años. Este año, además, por la recuperación económica y la fuerte inflación de los últimos meses, la recaudación aumentaría al 25%. Habría un ajuste de las cuentas fiscales, pero no sería salvaje ni tan regresivo como el que se proyecta para este año si los niveles de precios se escapan por encima del 20% o 25%, como indican las encuestas de opinión pública.

Según la estimación de Fiel, los alimentos aumentaron 32% en el último año y la canasta básica 7,2% entre febrero y enero. Los índices de las provincias que mantuvieron sus sistemas de encuestas arrojan resultados similares. Con este corrimiento de los precios y las expectativas a futuro, el Gobierno debería estar pensando en algo más que negar la inflación y maquillar los indicadores del Indec.

El debate de las reservas genera muchas tensiones sobre el sistema financiero. El mercado ha dado casi como fallado el canje de deuda y no tiene muchas expectativas sobre el futuro de Amado Boudou. Además, parece que la cabeza del Banco Central quedaría otra vez vacante. Con esta incertidumbre política, las proyecciones de inflación crecen y las tasas de interés están muy por debajo.

¿Hacia donde irán los depósitos en las próximas semanas? Los bancos ruegan que esta discusión salga lo más rápido posible de los medios. ¿Pero como hacerlo si toda la presión oficial y los esfuerzos de la oposición se libran en ese campo de batalla?

Esta semana se perfila como otra de grandes tensiones políticas y de conflictos de poderes. La economía real y las finanzas parecen por el momento ajenas a juego político ¿Cuánto más durará esta indiferencia?

Fuente: Por RICARDO ROSALES - www.quilmespresente.com

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